Técnica: Plumones, lápices de colores y acuarelas. Estilo: Ilustración análoga
Ilustración que desde mi perspectiva narra la cruel realidad de un país condenado a repetir su historia. Me parece importante recalcar que no toda la historia colombiana recae en manos de un solo sujeto, pero está lo suficientemente claro atribuirle la destrucción de mucho más que tierra expropiadas, fosas comunes, hijos desaparecidos y uno que otro con las botas mal puestas. Podemos seguir todo el día enumerando la ley 100, el recorte al presupuesto educativo, entre millones de carruseles de la contratación y el desvariado monopolio económico de sus hijos, nos
llevaría toda una vida. Pero, ante todo, quería demostrar que estoy cansada de ver al pobre defender al rico, de ver que desangran más y más aún país entero y que no vasta el inconformismo que aprieta a la sociedad colombiana; siempre y cuando el cerdo bien pagado salga a golpear al mismo que le da de comer. Historias que vivimos una y otra vez, cada año hay porque salir a la calle y cada año son más los que siguen viviendo en un pasado de antaño donde los conservadores y liberales se matan entre ellos, jurando que la guerra ya ha cesado; gracias a un ídolo marginado
con piel de cordero que es peor que el lobo. Entonces señores, con todo respeto quiero mandarle mi ilustración, varía desde el ogro come niños hasta el cancerbero fiel ante su dios Hades, en una utópica sociedad llena de zombies deambulando detrás del gran amo”.
Marcela Ortiz Rodríguez.