Son las tres y treinta de la madrugada, se despierta Samantha con el sueño escondido en la nada, toda una pesadilla medieval, entre tortura y tormento. Esta noche se durmió vestida, con todo y zapatos, está adolorida; se le han encajado los fierros del sostén, como no los usó de niña, ahora se le hacen tan molestos, poco prácticos, sin contar lo que gasta en el relleno superior.
Se refleja su figura en el espejo, ve sus zapatos en punta, los que ve como verdugo que estrangulan sus dedos y siente el dolor hasta el tuétano. Los tacones que no acaba de hacerlos suyos, muy femeninos con sus moños, pero al fin son molestos y cansados, mejor sería para ella un par de cómodos tenis.
La faja que se obliga a usar para ceñir en algo la cintura y, encubrir “el bulto” le aprieta, no le deja mover, sin detallar lo que la hace sudar. Ese par de pasadores, se le han encajado en el cuero cabelludo como dos pequeñas lanzas, le llega la dolencia hasta el pensamiento; sus medias que, sin ellas, sabe que es un imposible que entren las zapatillas, le acaloran, le jalan los vellos, además no hay los suficientemente grandes para sus piernas, las mira como redes trasparentes que le atrapan incomodidad.
Ve con tristeza, las fundas blancas de su cama con brochazo de espeso maquillaje, que usa para tapar el crecimiento de la barba. No es cualquier cosmético, casi fabrica una máscara de teatro que cubre la cara de un ser que no es ella. Samantha, hoy sí está dispuesta a hacer una carta de reclamo a la oficina de la vida.
—¿Qué pasó al nacer?
Es una mujer en el cuerpo extraviado, errado, porque sus hombros no son tan estrechos, ni su cadera ancha, por no tener una sutil voz y, para rematar, un pedazo de manzana atorada en media garganta, que al hablar presume de su existencia. El par de manos que las define como raquetas, colgándoles los adornos de las uñas, siente un peso extra, innecesario, los pies que son moldes únicos de un jugador de fútbol; un verdadero triunfo encontrar las zapatillas rosas talla 29 que combinen con la bolsa.
Sueña verse en el espejo, ver el reflejo de su madre, con su lozano cutis y su perfilada cara, un cuerpo delgado atractivo; pero como trueque, mira la fotografía clonada de su padre, con su inmensa barba y, el pedazo de manzana más grande que ella hubiera visto. Sería más liviano, para ella, si la gente en la calle no mirara su figura con morbo, o dejaran de decir:
—¡Lo imagino mejor de hombre!
No les vislumbran la armadura de trasformación que carga, por fortuna la moda ya no exige vestidos largos y enredados peinados. Le tocó mejor época eso es indiscutible, pero no suficiente. Ve las mozas tan naturales por las calles, dejando un perfume de femeninas, sin mostrar el actus mortis en sus caras por el ensamblaje, de tanta cosa por querer ser una dama. Más normal ambiciona Sam, es ver a dos varones de la mano despidiéndose con apasionado beso, o dos lindas damiselas abrazándose y llenándose de arrumacos.
En su pensamiento, navega la idea de cambiar el panorama, comenzando con la cigüeña, le quitaría las plumas para cocinarla y comerla guisada. Romper el molde de hombres y mujeres, sin pensar ya en la costilla de Adán, hacer soló uno, uno con simple tono de voz, o mejor aún, pasarlos a todos por una maquina y sin importar el color, o si son bellos o feas, ojos verdes cafés o uno y uno, nadie se daría cuenta de la diferencia, por ser todos iguales.
Hoy, sí ha llorado la desafortunada mujer, como cocodrilo en novela cursi, con el corazón y las entrañas. Hoy, no podrá hacer nada, al respecto de su figura, pero esta carta de reclamo si la van a leer y escuchar y, quizás se cumpla su deseo de cambiar el estiércol del cerebro, de mucha gente sexista, por limpias neuronas sin sexo.
–Rosaura Tamayo, nacida en Celaya Gto. México. Ha participado en más de 300 antologías en; México, Chile, Puerto Rico, Colombia, España, Argentina y otros. En cuento, poesía, relato, haikus, narrativa, sonetos, décimas, siglemas y otros, en más de 20 editoriales. Seleccionada en la asesoría del Fondo de las letras Guanajuato para una Novela. Ha tomado varios cursos impartidos por el FONCA. Pintora con más de 80 exposiciones tanto individuales como colectivas en varias partes de la república y cuenta con 6 exposiciones colectivas en España.